miércoles, 7 de mayo de 2014

COMED COMO LA REINA DE INGLATERRA






El espíritu del estilo de alimentación que yo propongo lo podría encarnar alguien tan arquetípico como la Reina de Inglaterra. No tengo más que imaginar el modo en que una persona como Isabel II se organiza a la hora de comer.

La reina:

No come en cualquier sitio.

No come apoyada en la encimera de la cocina.

No abre la nevera a ver qué pilla.

No come por la calle lo primero que le ofrecen.

No come a cualquier hora, en cualquier momento.

No improvisa lo que come.

No come alimentos de dudosa calidad y procedencia.




Me imagino a la Reina sentándose en una mesa espaciosa, con un mantel y vajilla de buena calidad, bien presentada y adornada. ¿Con unas flores? Si, casi seguro.

Me la imagino sentándose a la hora acordada, tranquilamente, sin prisas, incluso con parsimonia. Supongo que no se sentará a comer con el pijama puesto o con una batita de estar por casa, lo más frecuente es que se siente bien vestida, no con la corona puesta pero casi.

Seguramente estará dispuesta a saborear los distintos platos de los que se compondrá el menú de ese día. A poner a prueba la creatividad y saber hacer de su jefe de cocina. Ya intentará el cocinero como mínimo utilizar los productos de la mejor calidad.

Normalmente, no solo no comerá sola, sino que lo hará en compañía de distintos comensales, algunos de ellos de su misma alcurnia.

No me la imagino con prisas por terminar e ir a ningún sitio. Cuando come come. Se toma su tiempo, el que sea necesario. Cuando termina, da las gracias y felicita al cocinero.


Vale que para ser la Reina de Inglaterra por lo menos hay que nacer Princesa. ¿Pero, por qué no nos comportamos COMO SI lo fuésemos?.  No tenemos cocinero ni corona, pero podemos imitarla en todo lo demás.


jueves, 3 de abril de 2014

QUÉ COMO PARA ADELGAZAR.


A pesar de todo lo ya dicho, el interés por parte del obeso de que le digan exactamente lo que tiene que comer, pasa por seguir algún tipo de dieta.

La “dieta” que yo le entrego a mis pacientes creciendo es algo parecido a lo que viene a continuación. Aunque yo lo considero algo parecido a una estructura de la que partir y que luego va creciendo en función de las circunstancias particulares y gustos de cada uno.


Desayuno: Fruta y yogurt natural (mejor estas frutas: naranja, manzana, limón, pomelo, cereza, melón, piña, sandía, kiwi, fresa). Tostada integral con miel. Café o té verde.

Comida: En primer lugar: ensalada o verdura cocida.
En segundo lugar: pescado (3 veces por semana), carne (no más de dos veces por semana), pasta, arroz.

Cena: Comenzar con ensalada o verdura cocida sin patatas o caldo vegetal o sopa juliana (sin patatas) o cualquier vegetal.
Continuar con una tortilla francesa o un revuelto con setas, etc. o pescado o carne (pollo, ternera, pavo).

En el almuerzo (media mañana) y merienda se tomará  algún tentempié (tostada de queso pavo, queso fresco, fruta, etc.)

Si antes de irse a la cama tenemos más hambre, habrá una última colación. De forma que tendremos 5 o 6 comidas al día.

Tomar la cantidad de alimento  “que se crea oportuno”, hasta eliminar la sensación de hambre.

Intentar comer los alimentos asados, cocidos, a la plancha, pero no fritos.

Beber a lo largo del día unos dos litros de agua. Procurar no beber mucho con las comidas, para no engullir y facilitar la digestión (que comienza en la boca con la masticación).


jueves, 27 de marzo de 2014

LA INGESTA DE CALORÍAS. (La otra pierna)



Con respecto a la otra parte, podemos establecer unos principios básicos que constituyen la madre del cordero, y que desarrollaré en posteriores entradas:

1.     Cuánto. Hay que comer menos de lo que gasto (hasta ahí bien). Pero no mucho menos, sólo un poco menos. Lo suficiente para perder peso, pero no mucho para que el metabolismo no se asuste e intuya lo que queremos (él piensa que queremos matarlo de hambre).

2.    Cómo. El modo, la forma en la que comemos marca la diferencia:

-          Frecuencia. Hacer 5 o 6 comidas al día, sin saltarse ninguna. El objetivo es NO PASAR HAMBRE, de forma que el nivel de glucógeno en sangre se mantiene estable.

-          Distribución.

o   Cantidad.  Comer de más a menos. ¿Sabéis lo de desayunar como un rey, comer como un príncipe y cenar como un mendigo? Pues eso. El organismo a partir de cierta hora no está para muchos trotes.

o   Calidad. Intento tomar más hidratos de carbono por la mañana y más proteínas por la noche (en general).

-          Ritmo. Comer lentamennnnteee.  Hay que dar tiempo al cerebro para que se de cuenta de que ya no tiene más hambre. ¿15 o 20 minutos al menos?

3.    Qué. Por supuesto una dieta equilibrada según marcan los cánones. Pero en nuestro caso, si queremos perder peso necesitamos reducir la proporción de grasa (sobre todo de grasas saturadas). Porque:

o   Tiene un menor gasto metabólico (cuesta menos metabolizarlas energéticamente).

o   No es el combustible de primera elección para nuestro organismo.


o    Su principal función es almacén de energía (Michelines).




sábado, 22 de marzo de 2014

BALANCE ENERGÉTICO

No por evidente podemos dejar de mencionarlo. Hay una cantidad de energía que nos aporta la alimentación y por otra parte, un determinado gasto energético variable en función de ciertos factores.

Necesitamos que exista un equilibrio de energía, de hecho el organismo tiende a ello (homeostasis): “las gallinas que entran por las que salen”. Yo lo comparo con nuestras dos piernas. Podemos andar solo con una o cojeando, pero lo más eficaz es que las dos piernas se repartan el trabajo por igual, aunque seamos diestros o zurdos. 

Cuando se rompe ese equilibrio aparecen los problemas y es por lo que creo que hay que ocuparse de los dos factores en igual medida.


Gasto de calorías (una pierna).

En este aspecto hay cosas en las que podemos influir más y otras menos. Hay una parte que se explica por nuestra genética. Es un pequeño porcentaje del que es responsable nuestra herencia. Incluso hay estudios en los que se comprueba con gemelos idénticos, que comparten los mismos genes (mismo genotipo), que con una alimentación distintas acaban por diferenciarse exteriormente (distinto fenotipo). 

Por lo tanto, lo verdaderamente importante es lo que depende de nosotros, lo que hacemos con lo que tenemos.

Podemos representar el gasto de calorías, en función del control que tenemos sobre él, de la siguiente manera:




Podemos influir sobre el METABOLISMO de forma indirecta haciendo ejercicio y con algunas técnicas como la acupuntura o complementos alimenticios de una forma limitada.

Las ACTIVIDADES DIARIAS dependen en gran parte de nosotros. Hay trabajos que nos condicionan pero siempre podemos sacar partido de esa actividad para aumentar el gasto de las calorías.

Con el EJERCICIO tenemos todo el control de las calorías, siempre adaptándonos a nuestras circunstancias.


Me extenderé sobre ésto más adelante. Y en la siguiente entrada hablamos de la otra pierna.

viernes, 21 de marzo de 2014

DEJA DE SER Y ESTAR GORDO


Comienzo este nuevo proyecto con la intención de poder expresar por escrito y compartir con vosotros lo que en el día a día de mi consulta trabajo con mis pacientes.

Desarrollaré conceptos e ideas relacionados con la alimentación, nutrición y dietética aplicados a tratar desordenes alimenticios, fundamentalmente el sobrepeso. Haré hincapié en la dietética pues desde aquí, desde mi método de DIETÉTICA ESTRATÉGICA, desde donde más puedo aportar.

Lo haré en calidad de Psicólogo, Acupuntor y Naturópata con más de 25 años de experiencia, y en concreto, desde la Terapia Breve Estratégica y la Psicología Cognitivo Conductual, que son los modelos psicológicos con los que más trabajo.

Daré toda la información que poseo y creo que puede ser útil, pero sin olvidar estrategias y técnicas prácticas y eficientes que faciliten el cambio; yendo de lo más general a  los pequeños detalles. Todo esto compaginando el rigor científico y el lenguaje más cercano y coloquial.

Mi objetivo fundamental es el cambio de la percepción que tenemos de la comida y la relación con ella, y la incorporación del ejercicio físico como una parte fundamental de un conjunto de nuevos hábitos saludables.

Estamos saturados de información sobre alimentación y nutrición, cansados de trabajar en un plano intelectual con un sinfín de datos (algunos contradictorios). El cambio de mentalidad lo conseguimos cuando vemos al ser humano en su conjunto, de forma holística y centrándonos no solo en su nutrición fisiológica, sino satisfaciendo también sus necesidades emocionales.

Si no me encuentro bien va a ser muy difícil bajar de peso y sobre todo mantener esa perdida. Adelgazo cuando me encuentro bien, es la consecuencia natural. 

No busco encontrarme bien adelgazando. Confundimos la causa y el efecto. Una vez más, ponemos el carro delante de los bueyes.

El objetivo final en todo este proceso será dejar de estar gordo, pero también dejar de pensar y sentir como un gordo.